En los últimos días vamos recibiendo noticias preocupantes del sector de los hidrocarburos que deben hacer encender las alarmas y no bajar la guardia. La tan deseada recuperación económica mundial puede estar amenazada por el precio del petróleo. Sobretodo cuando estamos en manos de inversionistas financieros que nada tienen que ver con eso que llamamos "el interés público". Hoy el diario The Wall Street Journal se hace eco de ello de nuevo. Para la primera semana de diciembre, las apuestas alcistas excedieron las apuestas a la baja por unos 223 millones de barriles, el mayor nivel registrado.
El recuerdo de un barril de crudo a US$145 se desvaneció rápidamente después de 2008. Sin embargo, ha vuelto ahora que los inversionistas, envalentonados por el repunte económico o preocupados por los efectos inflacionarios de la política de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), se abalanzan sobre la materia prima en forma inusitada.
El precio del barril de petróleo alcanzó US$88,02 el viernes, un alza de 21% frente al nivel de un año antes. De persistir la tendencia alcista, algunos expertos creen que el próximo año el precio superará los US$100 por barril, el golpe resultante podría constituir un lastre en un momento delicado para la economía global. "Mientras el precio sigue subiendo, uno empieza a preocuparse", dice Ethan Harris, economista jefe para Norteamérica de Bank of America Merrill Lynch.
Harris subraya que el alza de mediados de 2008 ya había detonado una pronunciada caída en el consumo cuando la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers se apoderó del centro de atención. El economista calcula que un alza de US$15 en el precio del petróleo podría recortar alrededor de medio punto porcentual del crecimiento estadounidense en 2011, lo suficiente para aniquilar el estímulo proveniente de la compra de bonos por US$600.000 millones por parte de la Fed.
El entusiasmo de los inversionistas contrasta con la oferta y la demanda, donde los productores tienen amplia capacidad para mantener los precios bajo control. La Agencia Internacional de Energía estima la capacidad de sobra en las naciones que conforman la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en 6,4% de la demanda global, casi el doble del nivel del segundo semestre de 2007. A finales de noviembre, el mundo tenía suficiente petróleo en sus inventarios para cubrir la demanda durante 20 días sin secar los ductos y las refinerías, según la proveedora de datos Oil Market Intelligence. En noviembre de 2007, la cifra sólo era de 14 días.
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