El ahorro de energía se ha convertido en uno de los grandes temas de actualidad. Todas las medidas de ahorro están destinadas a rebajar el consumo de combustible y los derivados del petróleo. La razón: la crisis económica y financiera, resultado de un sistema socioeconómico y político agotado y caduco. El modelo energético actual es fiel reflejo de este sistema, y por otro lado, es la base de sustento de dicho sistema. La energía es el combustible que mueve los engranajes de una sociedad, y cada cierto tiempo es necesario, y hasta cierto punto inevitable, un cambio de combustible.
Cuando esto ocurre, la sociedad se reestructura mediante mecanismos totalmente nuevos y la tecnología nos permite transferir ese poder al ciudadano, como internet lo ha hecho con la información. Y en la energía la creación de un nuevo sistema energético basado en energías renovables, almacenadas parcialmente y distribuidas a través de redes inteligentes, abre la puerta a una nueva revolución industrial, la revolución energética 3.0.
La clave: las ciudades
El futuro del desarrollo sostenible pasa por las ciudades. No en vano, más de la mitad de la población mundial se concentra en ellas según datos del Fondo Mundial de Naciones Unidas para la Población. En el futuro, las ciudades para ser humanas, deben ser sostenibles, es decir ser ciudades inteligentes, apostando por la economía baja en carbono. Si hay un entorno donde la revolución energética será clave, es en el seno de nuestras ciudades. El cambio climático se juega en buena parte en ellas.
Una de las soluciones pasa por desarrollar ciudades inteligentes y entre ellas apostar por las "ciudades solares". Se trata de ciudades responsables, que miran hacia el futuro, conciliando desarrollo y sostenibilidad, y ya hay buenos ejemplos.
¿Qué características tiene que tener una ciudad inteligente?:
o Un nuevo modelo de consumo basado en el comercio electrónico
o Infraestructuras de la información para volverla accesible y de fácil circulación
o Uso eficiente de las energías disponibles
o Explotación turística responsable
o Transporte inteligente
Friburgo (Alemania). La Solarsiedlung (Ciudad Solar) de Friburgo es pionera en el uso de la energía solar. Empezó en los años setenta y hoy en día Friburgo, con 205.000 habitantes, se autoabastece de energía renovable. Allí funcionan las Sonnenschiff (Barco Solar), "casas de energía plus" que producen cuatro veces la energía que consumen y superan los estándares de construcción ecológica alemana.
¿Es posible vivir en grandes ciudades y fomentar la cultura sostenible? Pues parece que sí. Vivir en una gran ciudad fomenta las conductas 'verdes', según estudio de la Universidad del Estado de Michigan. Y el tamaño de la ciudad, en especial los buenos empleos existentes en ella, lleva a las personas a conductas más proambientales, como reciclar bolsas de plástico o separar su basura, según un estudio de la Universidad del Estado de Michigan en Estados Unidos que se publica en la revista 'British Journal Environmental Conservation':
Y es que la lucha contra el cambio climático tiene también otros beneficios: estimulan la economía, la innovación y la creación de empleo (los empleos verdes), las inversiones en medio ambiente y sostenibilidad se encuentran entre las iniciativas más importantes para asegurar el crecimiento futuro de la ciudad. Una ciudad es inteligente porque sus gobernantes, sector privado y sus ciudadanos lo son. ¿Podemos nosotros hacerlo?. tenemos tecnologías inteligentes, nos falta que lo seamos nosotros.
Energías renovables y empleos verdes: hacia las ciudades inteligentes
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