30 de junio de 2011

La ofensiva de los lobbyes que combaten la economía verde

Los que defendemos el desarrollo de nuevos modelos de desarrollo económico basados en la sostenibilidad, tenemos frente a nosotros obstáculos de gran tamaño para ganar la batalla de la opinión pública sobretodo en tiempos de crisis. Las energías renovables son caras nos dicen algunos representantes de lobbies poderosos, sin que éstos expliquen cómo se financian y cuanto cuestan al bolsillo de los consumidores.

Un buen ejemplo de ello es un reciente artículo que me hace llegar un buen amigo bajo el título  El fin de la ideología verde", de Guy Sorman, filósofo y economista francés, y autor del libro Economics Does Not Lie. Sorman, como buen exponente de lo anti-renovable, declara la muerte de la ideología verde por anticuado y antieconómico, apelando a un futuro basado por un lado a lo nuclear y por otro al shale gas (gas no convencional). 

Minicentrales nucleares

"donde se está llevando a cabo una verdadera innovación y actividad empresarial, sin respaldo del gobierno, es en el terreno de la generación de energía, como es el caso de la creación de reactores nucleares miniaturizados". Pero claro, no nos explica nada de qué pasa con los residuos radiactivos, ni con los posibles problemas de proliferación. ¿Podemos garantizar que esos minireactores no caerán en manos de dictadores o redes terroristas?  Son seguros nos dirán, pero el accidente de Fukushima  y la pésima gestión de su propietaria Tokyo Electric Power (TEPCO), ha demostrado que lo "altamente improbable" puede pasar.  

El shale gas

"El avance más prometedor bien puede ser el descubrimiento de enormes reservas de shale gas en todo el planeta". El shale gas o gas no convencional -en realidad gases, porque se denominan de forma diversa según el lugar de la extracción- puede encontrarse en amplias zonas de EE UU, Europa, Asia y Australia y en general coinciden con yacimientos de petróleo, formaciones de pizarra, minas de carbón y áreas arcillosas. Ya comentamos sobre él en un post de diciembre de 2010 Gas no convencional, ¿la estrella emergente?Se denomina no convencional porque se extrae de donde antes no se podía, con tecnología que no existía y con costes que ya permiten obtener beneficios a las empresas

Evidentemente que abre nuevas posibilidades de explotación, pero tampoco soluciona el problema  de la dependencia de los combustibles fósiles y la reducción de los gases de efecto invernadero que impactan y de qué manera en el cambio climático.


En definitiva, que poderoso señor es don dinero, como dice el refrán: Que no nos confundan,   algunos quieren retrasar de nuestro camino hacia el desarrollo de energía limpias por motivos ideológicos y de intereses económicos. Apostar por una economía baja en carbono, tiene muchos más beneficios económicos, sociales y medioambientales colectivos que el provecho de unos pocos. La batalla será dura. 



 

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