Durante la visita de John Podesta en 2008, jefe de la oficina de transición entre Bush y Obama, al centro de control de Red Eléctrica de España dijo “cuando miras a España y su sistema eléctrico ves el futuro”.
Gracias al liderazgo de España en la gestión de redes eléctricas e integración de las energías renovables, durante el primer semestre de 2010 las energías renovables contribuyeron con el 40% de la producción eléctrica del país; con las centrales hidroeléctricas y minihidro en cabeza con un 21% del total, seguidas por la eólica con una cuota de casi un 17%. Respecto a los registros de los primeros seis meses del año pasado el incremento ha sido espectacular, ya que para entonces la aportación de estas tecnologías no llegaró ni al 30%.
Durante el fin de día 8 de marzo, la contribución de las energías renovables al sistema eléctrico supero el 60% de la demanda nacional. Esto supuso la gestión eléctrica a tiempo real de cerca de 538 GWh, o lo que es lo mismo, la generación de más de 11 reactores nucleares. Esto gracias a una gestión integral de la red eléctrica, permitió aprovechar cada uno de esos MWh, absorbiendo más de 4.000 MWh que fueron destinados a bombeos reversibles y exportación de electricidad a países como Portugal y Marruecos.
Se puede decir que este es el punto de partida hacia un sistema eléctrico más flexible, limpio y descentralizado, en el cual las renovables supondrán más del 40% de la producción anual en 2020, según los objetivos establecidos por la Comisión Europea y los compromisos asumidos por España.
No obstante, queda mucho camino por delante para que las energías renovables puedan integrarse a la red alcanzando los niveles esperados y cuya presencia garantice la seguridad, la calidad y el abastecimiento. En la actualidad todavía subsiste el desacople entre la producción eléctrica de las renovables, intermitente, y el consumo. En otras palabras, no siempre generan electricidad cuando se necesita, y también se ha extendido el mito que las renovables han sido altamente subvencionadas y son demasiado caras.
Los costes de generación de las energías renovables son cada día más competitivos. En circunstancias favorables, la energía eólica es ya competitiva, mientras la solar lo será en menos de 4 años (en zonas de Italia, con alta radiación solar y electricidad cara, la energía solar ya es competitiva), mientras otras energías renovables seguirán este camino a medio y largo plazo.
Todo esto nos llevará a la descentralización del sistema energético basado en la gestión de la demanda, donde ahora nosotros los consumidores pasaremos hacer parte activa del sistema. Una mejor gestión de la demanda es la mejor forma de aliviar la presión sobre la generación de electricidad.
Por lo contrario, hoy por hoy prevalecen los intereses de las compañías eléctricas sobre el interés de los ciudadanos, la política de gestión eléctrica se basa en la oferta y en el control a nivel territorial de la generación, el transporte y la distribución eléctrica, a través de grandes centrales de generación, y grandes, costosas y complejas líneas de distribución.*
En otras palabras, este nuevo modelo energético es el camino hacia la democratización de la energía.
*(Las empresas eléctricas han pecado por falta de planificación y visión al haber apostar por las centrales de ciclo combinado, lo que ha generado una burbuja con un enorme coste financiera. De la planificación oficial de 20.000 MW de ciclo combinado existen en la actualidad 32.000 MW. Además, otro grave problema para estas empresas es que solo controlan el 20% del total del parque renovable instalado en España http://www.cincodias.com/articulo/empresas/renovables-fuera-control-grandes-electricas/20100423cdscdiemp_3/cdsemp/).
Texto: Álvaro Ponce. Electria.
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