España se encuentra en la cuarta posición mundial en cuanto a utilización de energía solar fotovoltaica, con más de 120 megavatios en alrededor de 8.300 instalaciones. Según los datos de la patronal, el volumen de negocio en 2008 fue de 30.000 millones de euros y dio empleo a más de 40.000 personas. Pero en 2009, aunque el Gobierno adjudicó 502 megavatios sólo se instalaron 70. La razón fue la nueva regulación y la caída de un 50% del precio de los paneles. Además, las fábricas operaron al 25% y exportaron el 75% de la producción, lo que produjo que el valor del mercado español cayera un 98%.
En el contexto político y económico actual, ¿cual es el futuro que nos espera?
Javier Anta, presidente de la Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF) proclama que el recorte de las primas implicará la desaparición de este mercado hasta que el coste de los sistemas solares baje proporcionalmente. ¿Es un juicio quizás exagerado?
Según la Asociación Europea de la Industria Fotovoltaica (EPIA), el objetivo para 2020 es que el 12% del suministro de toda la energía eléctrica sea a través de la energía solar fotovoltaica, lo que supone que España debe tener 20 gigavatios para el citado año. La obligación de alcanzar el objetivo implica necesariamente más renovables y, con ello, menos horas de funcionamiento para las tecnologías convencionales y menores precios de casación de la electricidad. Ambos efectos son positivos, pero aprovecharlos requiere una modificación del sistema eléctrico actual.
Desde el Ministerio de Industria quieren un ahorro para el sector eléctrico de 2.000 millones de euros para el año 2012, en base al recorte del número de horas de producción solar fotovoltaica. Industria mantiene la producción media en el año 2009 ha sido de 2.000 horas, cuando debería haber sido de 1.300, con lo que hay un exceso de horas de producción y un sobre coste de 1.000 millones de euros.
La propuesta de Orden Ministerial para el sector fotovoltaico es "excesiva", según Anta.
El nivel técnico actual de la energía solar en España es muy elevado. Las posibilidades técnicas de la energía solar están en un orden muy superior al aprovechamiento que se está haciendo de esta renovable. La energía solar puede complementarse con otras renovables o con energías convencionales, lo que haría que se redujesen las necesidades de acumulación en periodos de escasa radiación solar.
Seguramente todo el mundo tiene parte de razón en la defensa de sus posiciones. El sector quiere retribuciones y un marco regulatorio estable y el Gobierno rebajar la factura eléctrica y el llamado "déficit de tarifa". No es fácil la cuadratura del círculo pero lo que sí sabemos es que en materia de renovables no debe haber marcha atrás. El futuro se construye desde el presente, y el futuro pasa por un mundo con energías limpias.
Fuente: Expansión.
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