31 de octubre de 2011

7.000 millones de habitantes en el planeta: el reto energético

Estos días en algún lugar del planeta alumbraremos el nacimiento del ciudadano 7.000 millones. Un número que más allá de la redondez de lo simbólico de la cifra, nos interpela a reflexionar sobre los enormes retos que nos imponen en muchos terrenos (alimentario, energético y medioambiental, etc).


Y es que todos sabemos que al ritmo actual de consumo en los países ricos y el aumento de la demanda en los países en desarrollo, el agotamiento de los recursos naturales nos plantea retos que, como el energético, deben atacarse sin vacilación ni demora. Nos lo advierte desde hace tiempo en su documento Perspectivas energéticas mundiales, elaborado cada año por la Agencia Internacional de la Energía, que prevé un incremento de más de un tercio en la demanda para 2035, derivado en buena medida del crecimiento de las economías emergentes. Una presión insoportable si no cambiamos de forma radical nuestros actuales sistemas energéticos, centralizados y basados en los combustibles fósiles hacia sistemas descentralizados y más democráticos.

Y es que la democratización del sector eléctrico es la condición indispensable para desarrollar un modelo energético más coherente y transparente aprovechando el potencial de las nuevas tecnologías renovables ya disponibles en el mercado, donde el autoconsumo es el gran salto adelante. Supone permitir al usuario producir, consumir y conectar sus equipos de generación (eólico, solar, biomasa, etc) a la red eléctrica. El autoconsumo además, abre interesante oportunidades para desarrollar nuevos nichos de mercado y nuevas empresas, especialmente servicios de proximidad, como pequeños instaladores eléctricos, mantenimiento, seguros, redes inteligentes,etc, los llamados empleos verdes.

Otras de las vías es el desarrollo de soluciones cooperativas a lo largo y ancho del territorio para garantizar la sostenibilidad social y ecológica del planeta, estableciendo islas de prosperidad, como define Gustavo Fanjul en su interesante artículo "¿Hay planeta para tanta gente?. En el artículo, Ignacio Pérez Arriaga, profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y de la Universidad de Comillas, y parte de un grupo de expertos que asesoran a la Comisión Europea en la elaboración de una hoja de ruta energética para el período 2020-2050, afirma que no hay nada imposible en la idea de un planeta que cuente con un abastecimiento energético estable y dentro de los límites ecológicos. Pero eso exigiría un doble esfuerzo: el del ahorro y la eficiencia en el que la transformación de nuestras fuentes de suministro, que pasa por "renovables, renovables y renovables hasta hacerlas competitivas frente a unos combustibles contaminantes que serán cada vez más caros", en el que una de las claves es la desvinculación de los modelos de crecimiento económico del uso intensivo de recursos como el agua o la energía, garantizando una distribución más justa de las cuotas de consumo. 

Pero no siempre es suficiente con más recursos y voluntad política, a veces es inevitable cambiar el modelo, caminar hacia uno nuevo. En España la democratización del sistema eléctrico español parecía que estaba en camino, pero se hace esperar más de lo debido. Para poder apostar por la sostenibilidad y la autonomía energética, la legislación española debe permitir el despliegue de la generación distribuida y el autoconsumo con renovables, pero esperamos desde hace más de un año el Real Decreto de conexión de aparatos de pequeña potencia y no acaba de llegar. Una apuesta que permitiría conciliar competitividad con sostenibilidad y autonomía energética. Un modelo replicable y escalable a lo largo y ancho del planeta.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog