Aunque parezca inverosímil, las energías renovables son percibidas como tecnologías con importantes riesgos. No tanto en su vertiente de riesgos para la seguridad o para la salud, sino en cuanto a riesgos económicos, lo que limita decisivamente su acceso a fuentes de financiación, y lastra el desarrollo de las mismas, a nivel mundial.
Partiendo de este análisis, el Grupo Altran, con una destacada participación de Altran España, ha elaborado el informe ‘Risk Quantification and Risk Management in Renewable Energy Projects’, en el que se establece un idioma común a todos los stakeholders del proyecto para facilitar una comunicación efectiva y fiable. El objetivo es garantizar que los proyectos de EERR alcancen, de una manera más sencilla y eficiente, la financiación requerida para su desarrollo.
El estudio parte de la identificación y clasificación de los riesgos que afectan a los proyectos de energía convencional, que son extrapolados para realizar la definición y cuantificación de los riesgos que afectan a los proyectos de energías renovables, dando indicaciones para realizar la correcta gestión de los mismos. El planteamiento metodológico de la gestión de riesgos resulta de interés para cualquier stakeholder involucrado en estos proyectos, como bancos, fondos de inversión en energías renovables, promotores y constructores.
Para la realización del estudio han participado y colaborado más de 20 profesionales de empresas punteras del sector de las EERR. Su experiencia y conocimiento ha sido manejada mediante técnicas basadas en la metodología Delphi, que permite obtener conclusiones relevantes, a partir de la experiencia y conocimiento, procedente de las distintas partes involucradas.
Los riesgos que pueden impactar sobre los grandes proyectos de renovables deben ser analizados teniendo en cuenta los ámbitos más diversos. Algunos de estos riesgos pueden ser sociales, mostrados por ejemplo, a través de repentinas corrientes de opinión hacía determinadas tecnologías, económicos, derivados por ejemplo de imprevistos en relación a los abastecimientos necesarios o de carácter técnico, que pueden hacer que la planta no opere de la manera prevista, comprometiendo las actuaciones de la misma.
También existen riesgos políticos cuando tras las elecciones cambian los responsables de la toma de decisiones o se producen significativas modificaciones de los entornos regulatorios o existen incertidumbres sobre los mismos. Por ello se diferencian los riesgos y se clasifican en función de la tipología de proyecto que se aborda. Fuentes energéticas renovables como la eólica, solar, geotermia o maremotriz están sometidas a riesgos muy importantes que pueden retrasar el proyecto o hacer que éste fracase.
Así pues, hay que saber gestionar de forma inteligente los proyectos de renovables. No basta con ensalzar sus beneficios colectivos, tambiñen hay que salvar los posibles obstáculos que nos encontraremos por el camino.
Fuente: Energética XXI
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