Colombia ha apostado, en los últimos años, por la sostenibilidad energética. No solo se ha reducido el consumo de carbón y petróleo, por otras fuentes que producen menos emisiones de dióxido de carbono CO2 sino que apuesta por la diversificación. Ha aumentado la producción y el consumo de energías renovables y se vienen dando importantes avances regulatorios a través de la implementación de la estrategia de uso racional de energía (URE).
El Congreso de la República acaba de aprobar la Ley del Plan Nacional de Desarrollo, e incita al Gobierno a diseñar e implementar una política nacional para fomentar la investigación, el desarrollo y la innovación en renovables: las energías solar, eólica, geotérmica, mareomotriz, hidráulica, undimotriz y demás alternativas ambientalmente sostenibles, así como “una política nacional orientada a valorar el impacto del carbono en los diferentes sectores y a establecer estímulos y alternativas para reducir su huella ecológica".

Actualmente Colombia produce un 66 por ciento de la electricidad es producida por plantas hidroeléctricas; el 25 por ciento por térmicas, que utilizan gas natural; un 7 por ciento, por plantas que emplean carbón, y un 2 por ciento es aportado por sistemas alternativos como la energía eólica y la biomasa. Colombia no solo cuenta con los recursos energéticos suficientes para atender su demanda interna en los próximos años, especialmente en hidroelectricidad y en carbón, sino que se destaca por su producción limpia y sostenible.
Un país de oportunidades para empresas y emprendedores que apuesten por el desarrollo sostenible, especialmente eólica y solar.
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