Un nuevo aliado puede venir a sumarse en el combate de la lucha contra la pobreza. El desarrollo sostenible y eso que venimos llamando la economía verde. Y es que invertir tan solo el 2% del PIB mundial en diez sectores clave podría impulsar la transición a una economía baja en carbono y con un uso más eficiente de los recursos e impulsar el desarrollo.

El estudio sugiere que una economía sostenible no sólo genera crecimiento, especialmente en términos de capital natural, sino que también implica un crecimiento más elevado del PIB y del PIB per capita. Es decir, que una economía verde contribuye a aliviar la pobreza, ya que al estar ligado a una gestión racional de los recursos naturales y los ecosistemas, los flujos de beneficios del capital natural llegan directamente a los más desfavorecidos. Este enfoque se hace especialmente necesario en los países de renta baja, en los que los bienes y servicios de los ecosistemas constituyen un componente significativo en el sustento de las comunidades rurales pobres, a las que protegen de los desastres naturales y de las crisis económicas.
Hoy los datos demuestran ya que la inversión verde genera crecimiento y empleo, ofreciendo al mismo tiempo mayores beneficios ambientales y sociales. Sin embargo, la transición a una economía verde no está libre de riesgos ni de dificultades. Las transiciones y las reformas siempre son difíciles, sin embargo una economía verde creará nuevos puestos de trabajo que, a la larga, superarán la pérdida de empleo asociada a la «economía marrón».
Es un tema apasionante para estudiar y debatir, pero sobre todo necesitamos acción y voluntad política.
Para saber más....Guía para el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza
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