¿Cuanto cuesta la reducción de emisiones? 2,9 billones de Euros

Como en casi todos los ámbitos de la actividad económica, el sector financiero juega un papel esencial. Nuestros bancos son entidades sistémicas que necesitamos para hacer seguir funcionando la economía, aunque cuando ellos se constipan nosotros cogemos una pulmonía. Y encima los tenemos que ayudarlos  con fondos públicos a pesar de sus prácticas poco éticas que nos han llevado al desastre y al borde del precipicio.  Injusto pero cierto.

Y en el terreno medioambiental y en la lucha contra el cambio climático, el sector bancario desempeñará un papel primordial en la transición a una Europa baja en emisiones de carbono. Deberá financiar, nada más y nada menos, que la amplia mayoría de los 2,9 billones de euros de capital necesarios para implantar la infraestructura de emisiones bajas en carbono, según el estudio publicado por Accenture y Barclays titulado Carbón Capital.

¿Cómo hacerlo? Los bancos se apoyarán sobre todo en la titulización, aunque los incentivos y las políticas gubernamentales estables y a largo plazo continuarán siendo esenciales. El estudio calcula que para financiar el desarrollo, la adquisición y la implantación de 15 tecnologías bajas en carbono que puedan resultar viables serán necesarios 2,9 billones de euros para el periodo comprendido entre 2011 y 2020. Dichas tecnologías permitirán a Europa colocar sus emisiones en el 83 por ciento de los niveles de 1990 antes del fin de 2020, lo que representa un descenso de las emisiones de carbono en 2,2 en CO2.

Hasta la fecha, el camino hacia una Europa baja en carbono ha dependido prácticamente exclusivamente de iniciativas gubernamentales. Pero la elevada deuda del sector público y el desarrollo de una serie de tecnología ya maduras, hacen necesaria la colaboración del capital procedente del sector privado, y para ello hace falta la intermediación de  bancos. Sin embargo los gobiernos deben continuar desempeñando un papel fundamental en la estimulación de la demanda y la estabilización de los mercados de carbono mediante compromisos políticos transparentes y duraderos.

Así pues como en tantas otras cosas, el futuro pasa por la cooperación y el trabajo conjunto entre el sector público y el privado. Cuanto antes lo hagamos, mejor para todos.