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¿Cuales son las claves del desarrollo económico?. Los países más avanzados -con Alemania a la cabeza- parecen tenerlo claro: creatividad, formación, innovación, tecnología y sostenibilidad. ¿Y España?. A pesar de estar sumidos en una crisis pavorosa, en la que hay que hacer evidentes sacrificios, el Gobierno ha decidido inmolarnos a todos en la hoguera de sus vanidades, amputando las pocas palancas de regeneración económica que le quedaban al país. Todo sea por el mantra de la "austeridad" impuesta por Angela Merkel y el grupo de Franckfurt.
Tras un año de Gobierno de Mariano Rajoy, demuestra que ha renunciado al futuro por un incierto presente. El Gobierno no cree en el cambio climático, por lo que olvídense de la apuesta por el desarrollo sostenible. El propio secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, proclamó "el cambio climático no lo negamos ni lo afirmamos", "tenemos un conocimiento científico todavía incierto en algunos ámbitos". Parece que vuelve el espítiru del primo de Rajoy.
Las palabras de Federico Ramos demuestran que el combate contra el cambio climático es para el Gobierno una obligación jurídica, una necesidad de acatar la legalidad internacional que obliga a España a cumplir ese tratado, para evitar sanciones millonarias por parte de la Unión Europea.
Es por ello que no es de extrañar que España sea más un país en vías de subdesarrollo que un país que pretende ocupar un lugar destacado en la economía mundial. Un país que hace buenas las tesis de los profesores Acemoglu y Robinson en su excelente libro "Por qué fracasan los países".
El futuro es verde, pero para España es más bien de color gris, ya que renunciamos a los principales resortes del desarrollo económico, político y social. Nos espera un triste presente y un incierto futuro.
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