El lobby nuclear de las eléctricas se empeña a fondo para presentarnos a la energía nuclear como la única que hoy puede ofrecer competitividad, precios bajos, garantía de suministro y seguridad. Pero no es el único modelo posible. Alemania demuestra que sin nucleares, con temperaturas bajo cero, está exportando electricidad a Francia a precio de oro y ganando dinero a espuertas. Mientras, Francia, una potencia nuclear tiene la factura más alta. Es la sátira nuclear francesa: con nucleares y sin ideas. Y es la farsa que mantiene el lobby nuclear allí y aquí, convenciendo al Gobierno a introducir una moratoria a las nucleares.
Hoy Jordi Ortea en La Vanguardia, nos ofrece un excelente artículo que describe que hay otros modelos posible. Tres días después de Fukushima Angela Merkel decidió desconectar 8 centrales nucleares, más de 8.000 MW, y ese abandono de la energía nuclear no ha penalizado al país, al contrario. La semana pasada, en medio de una ola de frio, con temperaturas bajo cero, Alemania exportaba electricidad a Francia; cuyo consumo de electricidad se había disparado: en horas punta de demanda -el pasado martes a las 19.00- llegó a 100,5 GWh (equivalente a 80 centrales nucleares).
En Alemania con 15 millones más de ciudadanos el consumo fue de 51 GWh. El precio de la electricidad en Francia ya se disparó a 34 céntimos de euros el kWh. ¿Es mucho? Hoy en España el precio está en 54 euros MWh, mientras en Francia a 74 euros el MW; para que tengan una referencia, el precio al que se retribuye la energía eólica esta a 77 euros MWh.
Mientras España está exportando al límite de su escasa capacidad, unos 3.000 MW a Francia; Alemania, con 8 centrales nucleares cerradas en marzo de 2011, con termómetros helados, no sólo no se ha quedado a oscuras; el pasado viernes tenía un superávit de 5.000 MWh con Francia (equivale a exportar la producción de cuatro centrales nucleares), incluso en la franja horaria más crítica, de 8 a 9 y de 18 a 19 horas.
En Alemania la energía renovable es un factor de estabilidad del sistema. El objetivo es la autosuficiencia energética con renovables. Cuando la tecnología esté amortizada el nuevo sistema dispondrá de una energía totalmente “gratuita”. Eso es mirar al futuro, y entonces ¿qué sociedad podrá competir con estas economías que estén realizando este tipo de transición energética? Será un factor clave en la tracción de inversiones y proyectos de alto valor añadido, al gozar de condiciones sumamente ventajosas en términos de coste energético.
Nada de esto ha entendido el actual Gobierno ni el Ministro José Manuel Soria que ha decidido cerrar la puerta de uno de los sectores de mayor futuro, no sólo hunde a determinadas empresas, la estrategia tecnológica europea, hunde el futuro de la competitividad del conjunto de la economía.
En España como en tantas otras cosas, apostamos por el pan para hoy y hambre para mañana.
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