¿Generar energía con los decibelios?. Bienvenido el bendito ruido.....

En los países desarrollados normalmente el ruido es denostado por doquier. Hay culturas, como la latina, sonde el ruido forma parte de la cultura, tanto para trabajar, como conversar, como para el ocios. Pero en otras, el ruido es como una enfermedad de la que hay que huir, es vulgar y de mala educación. Uno de los paradigmas del ruido son los grandes eventos y los conciertos de música. Miles de kw y decibelios para reventar los oídos, ante el deleite del personal. A veces un concierto se puede escuchar a varios kms de distancia como si estuvieras allí mismo. 

Pues quizás el ruido pueda ser también una fuente de energía. Gracias a los amigos de Europa451.es, conocemos una interesante y original iniciativa. La universidad americana de Sarjah, en los Emiratos Árabes Unidos, está experimentando con un dispositivo capaz de generar energía utilizando el ruido ambiente. ¿Porqué reducirlo cuando se le podría dar un valor inesperado al convertir el ruido en fuente de energía?.

En Sarja, Emiratos Árabes Unidos, unos investigadores de la Universidad Americana, están perfeccionando un dispositivo para crear energía con las ondas producidas por los emisores de ruidos a través del llamado fenómeno fisico-armónico. Cuando logramos que un material cualquiera vibre entre dos puntos de manera constante, este emite un sonido grave o agudo según el número de oscilaciones por segundo en torno a su eje. 

En realidad, el mundo entero se encuentra en constante vibración y generación de ondas y sonidos. Aunque la tecnología que anunciamos hoy esté aún en fase experimental, si se revelara aficaz podríamos haber hallado una fuente inagotable de energía para producir en el futuro electricidad sin emisiones contaminantes del aire. Se trata, de una solución con un potencial de aplicación muy variado sobre una infinitud de dispositivos capaces de captar las ondas de ultrasonido a través de una tecnología piezoeléctrica que convierte el movimiento y las vibraciones generadas por el ruido, incluso cuando este es imperceptible por el oído humano.

Ya hay iniciativas en ese sentido. En Rotterdam, un empresario dedicado a las salas de música y baile ha inaugurado la Sala Watt, cuya pista de baile está conformada por losas ligeramente flexibles (hasta un centímetro) que recubren un mecanismo recuperador de las vibraciones producidas por quienes bailan, que ni siquiera se dan cuenta de la oscilación bajo sus pies.

El invento ha logrado reducir un 30% la factura de electricidad del local y un monitor gigante anuncia a los noctámbulos el nivel de energía que están generando con su baile para animarles a seguir. Ya se habla de extenderlo a la mayoría de clubes de Europa, así como a los gimnasios y centros de alto rendimiento físico.

Así pues bienvenido el bendito ruido. Quizás moleste, pero nos pueda aportar algún otro beneficio.