15 de agosto de 2013

¿Puede el #fracking’ conciliar el "trilema" energético: (e)conomía, (e)nergía y(e)cología ?. Más bien no!!!.

La batalla por imponer unas fuentes de generación de energía sobre otras es una de las batallas políticas, económicas y sociales más importantes del sigo XXI. No solo nos jugamos la primacía empresarial o de emercado, sino la sostenibilidad habitabilidad del planeta. No hace falta insistir mucho en la importancia de luchar contra el cambio climático y caminar hacia una economía baja en carbono, hasta los escépticos del clima y sus financiadores han perdido la batalla de las ideas y de las evidencias científicas.

Sin embargo hay otras batallas importantes que están todavía por librarse, como la del desarrollo y universalización de las técnicas del "fracking" o fractura hidráulica. Es una técnica utilizada para liberar gas o petróleo de rocas sedimentarias de muy baja porosidad y permeabilidad (shales) a base de inyectar en el subsuelo agua a presión, junto a pequeñas cantidades de arena y productos químicos. Una técnica polémica que unos defienden (petroleras y gasistas) frente a otros que la consideran peligrosa (y no solo los grupos ecologistas).

Entre todo lo que se publica y escribe, me gustaría destacar el artículo de Mariano Marzo "El fracking y el trilema energético"  que de una forma desapasionada y rigurosa, ha analizado los principios e intereses que hay detrás de esas posturas, y lo poco que sabemos todavía del "fracking". Marzo se pregunta con acierto si somos capaces de conciliar las tres "e",  la e de la economía, la e de la energía (o de seguridad de suministro) y la e de la ecología (o del medio ambiente-cambio climático), o bien nos hemos limitado simplemente a dejar actuar al mercado sobre el eje economía-seguridad de suministro. Un artículo interesante y ponderado que vale la pena leer porque es un tema complejo.

Y tras leerlo uno se queda un poco contrariado. Efectivamente el fracking abre nuevas posibilidades de autonomía energética para algunos países (Canadá, EE.UU y otros), creando riqueza y empleo, pero desgraciadamente la ciencia no ha podido seguir el ritmo impuesto por la industria en el tema de los impactos ambientales de la fractura hidráulica. Las evidencias recogidas en la literatura científica apuntan a que, salvo en el caso de accidentes provocados por malas prácticas durante las perforaciones, no existen pruebas concluyentes sobre la realidad de ambos fenómenos, pero esa ausencia de riesgos se basa básicamente por la ausencia de estudios solventes al respecto.

Así pues estamos ante un trilema por resolver. Necesitamos energía y barata, pero no sabemos si el "fracking" arruinará todavía más nuestro precario planeta. Parece que no es una solución que concilie las tres "e". ¿Que tipo de riesgos debemos correr cuando hay otras alternativas en el horizonte?.

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