27 de febrero de 2012

¿Porqué se resiste España a la liberalización del sector energético? El reto de la democratización de la energía. #energia

Si alguien tenía dudas de que en España mandan los lobbies de las grandes empresas eléctricas, aquí tienen un buen ejemplo. La Comisión Europea ha lanzado este lunes un ultimátum contra España por no haber incorporado a su legislación nacional la normativa de la UE que liberaliza los mercados del gas y la electricidad, pese a que el plazo para hacerlo venció el 3 de marzo de 2011.
El ultimátum se produce a través de un dictamen motivado, segunda fase de un procedimiento de infracción. Si en el plazo de dos meses el nuevo Gobierno español no ha traspuesto la legislación comunitaria, el Ejecutivo comunitario podría llevar el caso ante el Tribunal de Justicia de la UE. La normativa en cuestión obliga a la separación de las redes con el fin de garantizar el acceso de los operadores al mercado, refuerza la independencia y las competencias de las autoridades reguladoras nacionales y facilita a los consumidores la posibilidad de elegir entre diferentes empresas proveedoras de gas y electricidad.

El Ejecutivo comunitario estima que la liberalización total del sector del gas y la electricidad en la UE y el fin de las barreras nacionales generaría un crecimiento adicional de entre el 0,6% y el 0,8% en el PIB comunitario de aquí a 2020. España no ha comunicado a la Comisión ninguna medida para incorporar la normativa a su legislación nacional. 

España no podrá tener un nuevo desarrollo económico si no cambia su modelo energético, caminando hacia la democratización del sistema. Parecía que que estaba en camino, por un lado con la introducción de las renovables (abortada por el actual gobierno) y por otro con el anuncio del despliegue de la generación distribuida y el autoconsumo con renovables. Con la moratoria a las renovables, las grandes eléctricas han ganado la primera batalla, y seguimos esperamos desde ya más de un año el Real Decreto de conexión de aparatos de pequeña potencia que no acaba de llegar. Una apuesta que permitiría conciliar competitividad con sostenibilidad y autonomía energética.

Pero en España seguimos en manos de los poderosos. Tanto la derecha como la izquierda, han demostrado que no es capaz de imponerse a los poderosas lobbies de la energía.

Fuente: El Mundo y Energía para el Desarrollo

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