5 de agosto de 2012

Argentina, una potencia "dormida" en #energía renovable


Argentina pudo evitar la crisis energética con energías renovables. Fue lo que consideraron especialistas en energía solar y eólica en una audiencia pública en la Cámara de Diputados. Y es que Argentina, con generosos recursos naturales, basa el 90% de la matriz energética argentina es con combustibles fósiles. Gracias a los amigos de la revista REVE, reproducimos un estado de la cuestión en el país Sudamericano.
Según los expertos, la falta de inversión y de políticas a largo plazo impidieron que Argentina desarrolle las energías renovables y evite su déficit energético, que para 2012 llegará a 6.400 millones de dólares y un acumulado de 9.800. “Hasta el año pasado Argentina aportó 25 mil millones en subsidios al gasoil y fuel oil. En el mismo período podría haber instalado 1.600 aerogeneradores de energía eólica de 2 megavatios cada uno”, reveló, Marcos Zancini, miembro de la Asociación Argentina de Energía Eólica.
Argentina es una potencia en energía renovables, pero es una potencia dormida. Tiene en cerca del 70% de su territorio con vientos capaces de generar energía eólica. Además de la Patagonia, hay parques eólicoss en la costa atlántica y en los valles calchaquíes. En esas regiones deben soplar a una velocidad media anual de 6 metros por segundo, medida a 50 metros de altura sobre el nivel del suelo. Pero Argentina aún está por debajo del resto de los países de la región que no cuentan con esas posibilidades. Actualmente el cluster eólico argentino tiene 57 empresas y debe lograr a 2020 una cadena de valor que nos permita producir íntegramente en el país. 
Argentina tiene muchas posibilidades, pero hace falta voluntad política, visión y estabilidad regulatoria. Una matriz energética diversificada aprovecharía las enormes potencialidades con las que cuenta el país para llegar al autoabastecimiento, una de las obsesiones de su Gobierno.
Para saber más:

2 de agosto de 2012

Coche electrico & smart cities: ¿cuestión de precio?

El futuro de nuestras ciudades no puede ser otro que el de caminar hacia las ciudades inteligentes, donde poco a poco veremos una transformación del ecosistema y el paisaje urbano. No estamos ante una opción sino una necesidad, pero la crisis económica es un obstáculo para que penetren entre otros, nuevos usos y productos como el coche eléctrico, que son todavía algo caros para la mayoría. La movilidad es una necesidad, y la movilidad sostenible también es cuestión de precio. La pregunta que nos hacemos todos es si bajarán de precio en un futuro próximo.

Un estudio realizado por una consultora americana independiente, y que hemos conocido gracias al blog TECMOVIA prevé que el precio final de las baterías de litio podría bajar considerablemente gracias a los distintos aspectos de producción y de materiales, factores que ya se están alcanzando actualmente. Esta reducción de costes haría que los coches eléctricos fueran más accesibles a los compradores con precios más competitivos, estimulando de esta manera a la industria del automóvil que sufre cada día más las consecuencias de la escalada del precio del crudo. 

El informe señala que casi el 30 por ciento de las reducciones de costes, muchos de ellos alcanzables para el año 2015, provendrán de la fabricación, con mejoras en los procesos realizados, la normalizaciónde los equipos y repartiendo los costes fijos sobre un mayor volumende unidades producidas. Esto significa que a mayor producción final, los costes fijos disminuyen ya que se reparten entre un mayor número de unidades.

Los precios más bajos en las baterías, harán que los vehículos eléctricos sean más accesibles a los consumidores y podría estimular su desarrollo en otras tecnologías, según comentaba John Newman, coautor del informe. También declaraba que la industria de vehículos eléctricos está experimentando problemas de crecimiento que no son diferentes de cualquier otra industria emergente.

En definitiva, buenas noticias a la vista para los que queremos vivir en ciudades más saludables y respetuosas con el entorno. Pero además de los vehículos, también necesitamos que sean inteligentes los ciudadanos y las empresas